Y SEGUIMOS CON EL
“MALESTAR INSTITUCIONAL”…
Desde inicios de semestre la
oficina de bienestar institucional ha venido reformando su estructura y
funcionamiento en lo que compete a la contratación de nuevo personal
administrativo. Este suceso en el cual se encuentra principalmente una nueva
jefe de dependencia, quien asumía un cargo en servicios generales de la
universidad, ha hecho que las dinámicas de participación y coordinación con los
estamentos de la universidad vuelvan a su estado de displicencia y poca actitud
de trabajo.
Esta situación ha venido
afectando a muchas de las labores en las que desde la propuesta del
estudiantado se ha ido avanzando en la construcción de un nuevo sistema de
bienestar que realmente ayude a mejorar las condiciones de ingreso y
permanencia de estudiantes, docentes y trabajadores y tenga una completa
cobertura y participación en su desarrollo.
Aspectos como la demora en dar
inicio al plan de mitigación de almuerzos donde se cuenta hasta el momento con
300 almuerzos para la sede Barcelona y no se ha solucionado este tema en la
sede san Antonio, la falta de comunicación y un proceso acertado en los
descuentos de matrículas o la reiterada falta de personal que brinde
instrumentos y espacios para la cultura en la universidad son algunas de las
situaciones por las que desde la representación se sigue afirmando y reiterando
la necesidad de dar un seguimiento y denuncia a este que es uno de los
escenarios con mayor corrupción y clientelismo de la universidad.
El pasado 3 de septiembre tras
mantener un seguimiento y hacer petición a la ya nombrada jefe de bienestar
quien ha estado evadiendo la convocatoria a consejo de bienestar para seguir
trabajando en la propuesta de política de bienestar, desde la representación se
presentó convocatoria escrita solicitando que dicha administrativa en su
función de FUNCIONAR Y TRABAJAR con los demás estamentos diera respuesta de
fecha. Sin embargo, después de tres semanas no ha habido respuesta y se
mantienen las condiciones de precariedad y mal funcionamiento, de un “malestar
institucional”.
Por último, desde la
representación de los estudiantes al consejo de bienestar se hace el llamado a
todo el estudiantado y se invita a los demás estamentos a denunciar
públicamente el mal funcionamiento y las irregularidades con las que cuentan
desde bienestar institucional y se ejerza presión para estos funcionarios
administrativos y a la administración en general en aras a transformar el
espacio de bienestar institucional y seguir en la labor de construir un bienestar
universitario para todos y todas.
ALVARO ALEJANDRO ARENAS GOMEZ
Representante de los estudiantes
al consejo de bienestar institucional
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