¿Unillanos, la universidad del nuevo milenio?

-AHORA CON CAJERO AUTOMÁTICO-

A pocas semanas de iniciar un nuevo año académico y por lo tanto el primer semestre del 2013 en la Unillanos, ha salido a la luz pública un nueva sorpresa para la comunidad universitaria, pues de la manera más chambona e inconsulta, mientras la mayoría de nosotros y nosotras nos encontrábamos en vacaciones, han instalado un Cajero Automático a menos de 1 metro de la única entrada de estudiantes a la universidad.

Por supuesto la polémica se desataría en primera medida en facebook, medio en el cual se subió una fotografía que en primera medida parecía un photoshop de esos dignos de publicar en alguna página de colombianadas (aunque en uno de unillanadas no quedaría mal); al descubrir que no se trataba de una imagen editada la primera impresión fue el nivel tan elevado de chambonada que tiene esta construcción, la cual deja en ridículo absoluto la fachada de la universidad.

Muchos argumentos a favor y en contra de este Cajero Automático se han dado a conocer en las redes sociales, aunque es necesario considerar la discusión más allá del mismo cajero y considerar el punto central hacia el simbolismo o significado que este tiene para la universidad. Se consolida como un símbolo de la infamia, la mediocridad y el capitalismo (universidad como centro comercial) para unos y unas; y como un símbolo de desarrollo tecnológico, de progreso y de beneficios para otros y otras.

Si entramos a desarrollar los argumentos a favor y en contra de este Cajero Automático de manera crítica, encontramos que dicho cajero puede deslumbrar a varios unillanistas que lo consideran como símbolo de desarrollo, ya que es una de las pocas implementaciones AUTOMATICAS que se encuentran en una arcaica universidad (tecnológicamente hablando), y donde al parecer de la administración, tal vez estudiantes de ingenierías podrían desarrollar algún tipo de práctica. Considerarlo como símbolo de progreso es otra apreciación que se tiene, y se ajusta perfectamente a lo que la universidad nos ha enseñado, a despreciar el desarrollo académico y humano, endiosando el desarrollo económico, predicando a diario la necesidad de vincularse al sistema económico desechando cualquier práctica ética, crítica y humana.

La crisis universitaria a nivel nacional, nos indica que la Unillanos no es la primera universidad ni pública ni privada, que implementa un cajero en sus instalaciones o cerca de ellas; un caso como el de la Nacional, por ejemplo, nos muestra que la implementación del cajero fue una de las primeras medidas de una serie de privatizaciones que han llevado a que el auditorio León de Greiff a ser administrado por TU BOLETA, o a que la cafetería central sea manejada por CARULLA que ha cambiado el comedor universitario por decenas de microondas que sirven al estudiante para que recaliente su almuerzo y comidas (ruego a los administrativos de Unillanos no robarse tan grandiosa idea).

El cajero indigna no porque sea un cajero, ¿quien quita que hasta si traiga algunos beneficios? (que habrá que revisar, si es que existen) hay que ver sus resultados en la práctica. Pero con las cientos de necesidades de bienestar, de inversiones en infraestructura, de mejoramiento de la academia, a la administración se le ocurre permitir la implementación de un cajero en la entrada de la universidad, como si fuera un portal, una entrada alterna a ese modelo de universidad empresarial que tanto predica el rector Domínguez (no se nos vaya a extrañar que la cafetería central llegué el día de mañana a ser manejada por el EXITO), en contraposición de otras universidades cuyas entradas reflejan el ingreso a centros universales del saber, mientras la Unillanos refleja un cajero automático y un parqueadero, al mejor estilo de las empresas y los centros comerciales.

Entonces, ¿Qué hacer?, sin duda alguna destruirlo, quemarlo o averiarlo no es una opción que se ajuste a las practicas del estudiante de Unillanos, así la administración predique sobre el terrorismo estudiantil (discurso heredado del ex presidente Uribe). Lo que debemos hacer con el cajero es averiguar el nivel de compromiso que adquiere la administración, es decir cuánto nos cuesta o en cuánto nos beneficia, exigir que así como de la noche a la mañana montan un cajero, se debe montar una librería, un centro cultural, una institución educativa, algo propio de su ejercicio académico, cultural e investigativo.

Debemos convertir el Cajero Automático en un nuevo símbolo de la infamia y de la falta de bien-estar en la universidad. Al ver ese cajero a diario (indígnenos, o no), debemos recordar sobre las exigencias sobre las que se sustenta una universidad científica, humana, académica y de excelencia. Debemos poner el precedente para que la administración no siga en su afán privatizador de convertir la universidad en un centro comercial. Por supuesto las reuniones o asambleas son para hablar sobre como construimos esa universidad, en la cual dicho cajero no tiene cabida. Esta lucha que adelantemos no es solo nuestra, es de carácter nacional, por eso desde la MANE el próximo mes de abril se tendrá lista la ley alternativa de educación de superior que debemos posicionar para transformar nuestra universidad de la que tenemos en la que queremos.

ESTUDIEMOS Y LUCHEMOS

POR LA UNIVERSIDAD QUE QUEREMOS